-Si sigues en este tren, te terminarás encontrando contigo mismo-
Le dijo al levantarse de su asiento una chica que, por un momento, parecía portar como accesorio un desdén al mundo en la mirada.
Mauricio recién despertaba, recargado sobre su equipaje y la miraba desconcertado desde su asiento. Parpadeó y, al verla de nuevo, una pícara sonrisa había reemplazado al desdén que creía haberlo saludado. La chica se quitó el audífono de su oído y volvió a hablarle.
“Que te pares tonto, que esta es la ultima estacion” Dijo, con un tono burlón envuelto en encanto, antes de salir del vagón.
Era aún temprano y antes de lo estimado para que terminara su viaje. Mauricio volteo a ver el reloj en su muñeca, lo único que le era familiar en ese momento.
Tomó un momento para despabilarse en su asiento y finalmente, salió sin prisa del vagón vacío. Se encontró nuevamente con la chica en la plataforma, quien ahora parecía esperar a alguien mientras fumaba un cigarrillo
-Vaya que te ha tomado tiempo salir-
-No sabía que me contabas el tiempo- Respondió Mauricio, un poco desconcertado con su atrevimiento y a la vez, con la confianza que se responde a un viejo amigo.
-No tío, solo estoy aburrida mientras espero. Creo que llegué tarde. ¿Me puedes decir la hora?-
Mauricio no respondió, solo desató su reloj y se lo ofreció -Mira, te lo obsequio. Tal vez así ya no vuelvas a llegar tarde- Una sonrisa deshilando por un lado su boca.
¿Por qué le ofreces tu reloj? Solo te ha pedido la hora. Dijo la voz de la razón en la cabeza de Mauricio. No necesitas despojarte por un desconocido. Sentenció.
A él también le había parecido impulsivo; tal vez hasta estupido e inapropiado, el gesto. No lo entendía realmente, pero se sentía en la libertad de hacerlo
-¿Pero tú qué te piensas? ¿Que yo no tengo vida?- El desdén había vuelto a su cara al tiempo de la respuesta. Este se desvaneció tan rápido como llegó a venir, reemplazado nuevamente por una sonrisa a modo de juego y tomó el reloj.
-Es muy bonito. Gracias. Me hace mucha ilusión… aunque no creo que me ayude a llegar a tiempo- Dijo con un ademán exagerado.
Continuaron conversando y bromeando. Hablaban tres lenguas al mismo tiempo. O al menos eso parecía por lo mucho que intercambiaban con tan solo y más que unas cuantas palabras.
Había algo intrínseco tanto en ella como en él, que era lo que parecía estar conversando en realidad.
-¿Te conozco de algún lugar?-
-Tal vez solo te reconoces en mí-
-De mi tu no sabes nada- Respondió con aquel desdén que ya había vislumbrado Mauricio al verla por primera vez.
Y volvió a reír un momento después.
-Sabes que mi ego va a ser lo principal en mi vida. Necesito alguien que alimente mi ego. Si no alimenta mi ego, no lo quiero en mi vida- Dijo, jugando con los lados de su abrigo en un baile parecido a un aleteo.
Era un tanto irónico. Mauricio siempre veía hacia fuera. Ella veía hacia adentro.
Y aun así se conocieron tanto en tan poco tiempo.
-Hay algo reconfortante en ser completamente honesto con alguien que no conoces. ¿O es que tal vez si nos conocemos desde hace algún tiempo?
-Desde hace más de diez años- Hizo una pausa con seriedad al responder, riendo finalmente
-No, tonto, si nos acabamos de conocer-
Había un misterio en su juego. O era solo una pista de un misterio más grande en tierras desconocidas. Un llamado a lo que nos llena. O lo que en ese momento necesitamos para encontrar nuestra propia verdad. Descifrar nuestro propio misterio.
Una chica la saludo a la distancia y ella saltó de la emoción, corriendo a ella.
-Pensé que ya me habías abandonado- Le dijo a su amiga al abrazarla.
Su amiga respondió durante ese abrazo que Mauricio no alcanzó a escuchar.
Ella volteó y le gritó.
-¡Que gusto conocerte! Espero nos veamos pronto de nuevo- Gritó diciendo adiós a brazo alzado.
Se habían perdido tanto en la conversación que no supieron sus nombres.
En el camino de regreso, Mauricio no podía dejar de sonreír. ¿Qué había pasado?
¿Acaso un posible amor? ¿Una chispa de amistad que nace de temas en común y que a su vez puede no ser más? ¿Una estrategia de una inteligencia universal? ¿Recuerdos de una vida pasada? ¿Solo esa alegría sin sentido que a veces se da entre juegos?
Todos conceptos equidistantes en ella.
Y es que, a veces se extiende una invitación a no ser un extraño; a una ocasión que puede solo ser eso.
Y a veces, nada sucede.
Y está bien.
Mauricio solo sabía que a partir de ese encuentro, ya no rechazaría el llamado a revelar su propio misterio.
……………..
Do you know?
Do you know?
Time is running out for me and you
So what you gonna do?
Yeah I know Yeah I know
We just met, but I made up my mind on you
And I hope you feel it too
Just take my hand
May I have this dance tonight?
Just take a chance
Before we run out of time
This one moment
That only comes once in a life